jueves, 19 de marzo de 2009

El Farolito

Los restaurantes de playa son, en todo el mundo, una apuesta arriesgada. Lo mismo te sale un petardo que te quedas con una sonrisa en la boca y buen gusto de boca. Además incluso un mismo sitio puede variar mucho, según, entre otras cosas, lo llenos que estén y la tranquilidad que tengan para cocinar.

Ecuador no es una excepción a esta ley. Eso si, por lo que a mi respecta no hay queja respecto a la comida, y de los paisajes ni hablamos, pues son de lo más bonito que uno ha visitado.


Cerca de Guayaquil, al norte la zona turística de Salinas antes de llegar al Santuario de Olón y la playa del mismo nombre (fantástica) está el pueblo de San Pablo, y en su playa hay una serie de restaurantes tipo chiringuito que un buen amigo de Guayaquil me recomendó (y me llevó). De ellos hay uno llamado "El Farolito", que realmente ilumina el buen comer.

Nos comimos una picadita mixta, con camarones rebozados, pescado adobado (muy parecido al cazón en adobo), camarones plancha... variado y bueno, con unos patacones que acompañaban muy bien. Despues los pescados fritos o a la placha estaba muy buenos, y desde luego muy frescos. Yo me comí un arroz a la marinera (incumpliendo mi costumbre de no comer arroz fuera de Valencia) que realmente mereció la pena. Creo que la foto habla por sí sola.


Además, junto a la playa, con el Oceáno Pacífico a menos de 15 metros, y unas cervezas heladas, se sentía uno en el paraíso, o casi.



Al final y en lugar del postre y la copa, un agua de coco natural terminó de llenar los últimos huecos.


Además de este restaurante, hay muchos sitios buenos por la zona, y más de un plato interesante que comentar. Para empezar el ceviche, ¿cómo no?, y puestos a tomarlo, que por falta de sitios no será, la Lojanita en Salinas es un sitio donde lo tomé muy bueno. Yo lo tomé de camarones, pero quien lo tomó de conchas (almejas y similares) dijo que estaba muy bueno también.


Por último la 'humita', un plato sencillo de comer, no se de preparar, que está hecho a base maiz tierno molido, con un trozo de queso fresco en el centro y cocido envuelto en una hoja de mazorca. Muy bueno, y con café por la mañana resulta un excelente y sencillo desayuno.

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